ESCENARIO DEL PERIODISMO CIUDADANO
En la actualidad, con la revolución de los
medios tecnológicos de la información, el ciudadano ha tomado una nueva forma
de expresarse. Con la finalidad de dar a conocer sus ideas en cuento a los
aspectos que le atañen, ya sea aquellos que han sido realizados por
profesionales de la comunicación., o mediante la creación de espacios virtuales
propios; han desarrollado su capacidad de participación para la
construcción de su realidad social. Tendiendo acceso a la abundante información
de la red, y los mecanismos virtuales, el ciudadano puede asumir el reto de
desempeñarse activamente dentro de la sociedad.
Existen múltiples razones para que el
ciudadano hay optado por hacerse partícipe en la opinión y elaboración de
información. Salvat Martinrey, G y Paniagua Santamaría, P (2007), lo plantean
de la siguiente manera “Quizá haya que entonar en primer lugar un mea culpa
para analizar las causas de esa reacción que puede tener su origen, en cierta
medida, en la dejación, por parte del periodismo clásico, de unas funciones
básicas e irrenunciables que tienen que ver con su responsabilidad social. El
periodismo como cuarto poder, como garante insustituible de la democracia, como
freno a los abusos de los otros tres… son nociones que quizá ha llegado el
momento de revisar, aunque también, en honor a la verdad, debemos decir que
nunca han dejado de estar en el ojo del huracán o, mejor dicho, que nunca han
debido de dejar de estar sujetas a revisión. El periodismo ciudadano nace, en
efecto, como un afán del público de participar activamente en la conformación
de la realidad que a diario realizan los medios”
El periodismo ciudadano puede entenderse
desde dos puntos de vista. El primero podemos enfocarlo en aquel periodismo que
está propuesto por los medios de comunicación, donde el ciudadano participa
dinámicamente, en esta podemos tomar en cuenta a dos formas de las que puede
valerse. Tradicionalmente a través de cartas al director, artículos de opinión,
etc. Así también por medios de espacios virtuales en las que podemos citar a
las redes sociales. El segundo, se puede tratar como aquel que corre por cuenta
propia de los ciudadanos, independientemente de las empresas informativas, de
sus anales y sus soportes. Pudiéndose dividir a sus vez en dos subtipos;
mediante una manera tradicional que es aquella donde el ciudadano utiliza
panfletos, publicaciones ciudadanas, etc. Sirviendo estos, para informar a los
ciudadanos o para denunciar abusos y corrupciones. Además, utiliza una forma
meramente contemporánea, en la que podemos incluir a las informaciones
proliferadas a partir de los blogs particulares o en otras herramientas
sociales.
Estas formas en las que se expresa el
periodismo ciudadano, plantean retos muy importantes para el periodismo. El
reto fundamental, depende de que estos mecanismos tengan la vocación de dotar
de dinamismo la vida política, depende de que se mejoren esos canales para que
sirvan más eficazmente a las instituciones democráticas siempre pendientes de
estar más cerca de los problemas de la sociedad. Pero también depende de que
los públicos reconozcan la necesidad que tienen de similares plataformas para
poder ponerles voz a todas sus preocupaciones o denuncias y encontrar ahí una
respuesta inmediata de los responsables.
El crecimiento de estos espacios donde los
ciudadanos puedan participar y el que no estén sometidos a censura, puede ser
un revulsivo para la actividad de la ciudadanía y para la credibilidad del
mismo medio informativo al incorporar a su contenido visiones críticas con su
propio proceder o con sus trabajos previos. En este sentido, parece fundamental
apuntar que el periodismo ciudadano no sólo puede ser un estímulo para el ejercicio de la democracia, sino de la
propia profesión expuesta continuamente a la crítica de los ciudadanos. Desde
aquí, ya sí se puede afirmar que cada sociedad tiene la calidad informativa que
se merece. Así lo suscribe Elena Real et alia: Las bitácoras, que han venido a
destronar a los periódicos tradicionales en la red, no son en su mayoría
periodísticas (no hay que confundir fondo con formato). Poseen una carga de
opinión muy alta y las noticias que contienen suelen estar tomadas de otros
lugares de la red o proceden de la prensa escrita, la radio o la televisión
(son de segunda o tercera mano). No procuran información propia por falta de
fuentes y recursos. Los ciudadanos no poseen el tiempo suficiente para
investigar aunque ahora tengan más capacidad para difundir. Este déficit social
fue la razón primera que antaño supuso la aparición y necesidad del Periodismo
y de los periodistas en las sociedades democráticas, para actuar al servicio
del derecho a la información de los ciudadanos. Y vuelve a ser la causa que
refuerza y prolonga su existencia. Porque aunque los usuarios hayan ganado un
merecido protagonismo en el proceso informativo–comunicativo, no pueden
desbancar la actuación de un profesional que actúa recordémoslo a favor del
bien común.
La virtud cívica, en esta sociedad de la
información y de la globalización, también consiste, no sólo en hacer gala del
derecho a la información sino en preocuparse de la autenticidad y de las
garantías del mismo. La virtud que compromete al ciudadano con lo público,
situada en este nuevo escenario, debe insistir en la mejora de los mecanismos
de información, así como en la crítica a los poderes mediáticos.
BIBLIOGRAFÍA:
1 Oportunidades y amenazas del periodismo ciudadano en la sociedad globalizada. José Manuel Chillón. Universidad de Valladolid.