viernes, 1 de noviembre de 2013

ESCENARIO DEL PERIODISMO CIUDADANO 
En la actualidad, con la revolución de los medios tecnológicos de la información, el ciudadano ha tomado una nueva forma de expresarse. Con la finalidad de dar a conocer sus ideas en cuento a los aspectos que le atañen, ya sea aquellos que han sido realizados por profesionales de la comunicación., o mediante la creación de espacios virtuales propios; han desarrollado  su capacidad de participación para la construcción de su realidad social. Tendiendo acceso a la abundante información de la red, y los mecanismos virtuales, el ciudadano puede asumir el reto de desempeñarse activamente dentro de la sociedad.
Existen múltiples razones para que el ciudadano hay optado por hacerse partícipe en la opinión y elaboración de información. Salvat Martinrey, G y Paniagua Santamaría, P (2007), lo plantean de la siguiente manera “Quizá haya que entonar en primer lugar un mea culpa para analizar las causas de esa reacción que puede tener su origen, en cierta medida, en la dejación, por parte del periodismo clásico, de unas funciones básicas e irrenunciables que tienen que ver con su responsabilidad social. El periodismo como cuarto poder, como garante insustituible de la democracia, como freno a los abusos de los otros tres… son nociones que quizá ha llegado el momento de revisar, aunque también, en honor a la verdad, debemos decir que nunca han dejado de estar en el ojo del huracán o, mejor dicho, que nunca han debido de dejar de estar sujetas a revisión. El periodismo ciudadano nace, en efecto, como un afán del público de participar activamente en la conformación de la realidad que a diario realizan los medios”
El periodismo ciudadano puede entenderse desde dos puntos de vista. El primero podemos enfocarlo en aquel periodismo que está propuesto por los medios de comunicación, donde el ciudadano participa dinámicamente, en esta podemos tomar en cuenta a dos formas de las que puede valerse. Tradicionalmente a través de cartas al director, artículos de opinión, etc. Así también por medios de espacios virtuales en las que podemos citar a las redes sociales. El segundo, se puede tratar como aquel que corre por cuenta propia de los ciudadanos, independientemente de las empresas informativas, de sus anales y sus soportes. Pudiéndose dividir a sus vez en dos subtipos; mediante una manera tradicional que es aquella donde el ciudadano utiliza panfletos, publicaciones ciudadanas, etc. Sirviendo estos, para informar a los ciudadanos o para denunciar abusos y corrupciones. Además, utiliza una forma meramente contemporánea, en la que podemos incluir a las informaciones proliferadas a partir de los blogs particulares o en otras herramientas sociales.
Estas formas en las que se expresa el periodismo ciudadano, plantean retos muy importantes para el periodismo. El reto fundamental, depende de que estos mecanismos tengan la vocación de dotar de dinamismo la vida política, depende de que se mejoren esos canales para que sirvan más eficazmente a las instituciones democráticas siempre pendientes de estar más cerca de los problemas de la sociedad. Pero también depende de que los públicos reconozcan la necesidad que tienen de similares plataformas para poder ponerles voz a todas sus preocupaciones o denuncias y encontrar ahí una respuesta inmediata de los responsables.
El crecimiento de estos espacios donde los ciudadanos puedan participar y el que no estén sometidos a censura, puede ser un revulsivo para la actividad de la ciudadanía y para la credibilidad del mismo medio informativo al incorporar a su contenido visiones críticas con su propio proceder o con sus trabajos previos. En este sentido, parece fundamental apuntar que el periodismo ciudadano no sólo puede ser un estímulo  para el ejercicio de la democracia, sino de la propia profesión expuesta continuamente a la crítica de los ciudadanos. Desde aquí, ya sí se puede afirmar que cada sociedad tiene la calidad informativa que se merece. Así lo suscribe Elena Real et alia: Las bitácoras, que han venido a destronar a los periódicos tradicionales en la red, no son en su mayoría periodísticas (no hay que confundir fondo con formato). Poseen una carga de opinión muy alta y las noticias que contienen suelen estar tomadas de otros lugares de la red o proceden de la prensa escrita, la radio o la televisión (son de segunda o tercera mano). No procuran información propia por falta de fuentes y recursos. Los ciudadanos no poseen el tiempo suficiente para investigar aunque ahora tengan más capacidad para difundir. Este déficit social fue la razón primera que antaño supuso la aparición y necesidad del Periodismo y de los periodistas en las sociedades democráticas, para actuar al servicio del derecho a la información de los ciudadanos. Y vuelve a ser la causa que refuerza y prolonga su existencia. Porque aunque los usuarios hayan ganado un merecido protagonismo en el proceso informativo–comunicativo, no pueden desbancar la actuación de un profesional que actúa recordémoslo a favor del bien común.

La virtud cívica, en esta sociedad de la información y de la globalización, también consiste, no sólo en hacer gala del derecho a la información sino en preocuparse de la autenticidad y de las garantías del mismo. La virtud que compromete al ciudadano con lo público, situada en este nuevo escenario, debe insistir en la mejora de los mecanismos de información, así como en la crítica a los poderes mediáticos.


BIBLIOGRAFÍA: 
1 Oportunidades y amenazas del periodismo ciudadano en la sociedad globalizada. José Manuel Chillón. Universidad de Valladolid. 

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