jueves, 27 de junio de 2013

EN LA RADIO LA PANTALLA ES MUCHO MÁS GRANDE

AUTOR: REYES CARRASCO CINTHYA KARINA

RESUMEN: Éste artículo está elaborado con la finalidad de dar a conocer a los lectores lo importante que es la voz del locutor para llegar a su público. Así pues que el acompañarla con otros recursos le permitirá darle mayor realismo a los contenidos permitiendo que los oyentes se sientan atraídos a conocer un mundo nuevo: la imaginación, 

PALABRAS CLAVES:
Voz, locutor, imaginación, lenguaje sonoro

DESARROLLO:
Después de una serie de estudios a lo largo de la historia nace este maravilloso medio de comunicación: La radio. Que en su proceso de perfeccionamiento se ha ido desarrollando eficazmente, abordando diferentes formatos de programación para llegar a un público en especial.
En el Perú, la mayoría de radios que están al aire poseen locutores y locutoras dotados de buenas voces, pero el fin de funcionamiento de las mismas, les impide explotar su potencial al máximo. Se sabe bien que un buen locutor no es aquel que posee una voz armoniosa y con un buen ritmo sino aquel que tiene pasión por comunicarse con los oyentes, de dialogar con cada uno de ellos y ellas y por consiguiente que escucha atentamente. Aquel que sabe utilizar su voz para elaborar mensajes y a través de éstos llegar satisfactoriamente al oyente, cautivándolo y dejándolo con la sensación de querer volver a escuchar el programa.

LOCUTORES Y LOCUTORAS DE RADIO
El ser humano, posee una facultad asombrosa y es la poder hablar y expresar mediante frases lo que siente, piensa o quiere. La persona que logre educar su voz para poder expresarse, podrá conquistar multitudes. Ya vemos el caso de Adolfo Hitler, que con el mero uso de palabras bien estructuradas mediante un discurso, logro mover centenares de personas. La voz es el vehículo de las palabras, el cuerpo de la radio y la herramienta del locutor. El locutor y locutora radial que desee tener una audiencia fiel, deberá establecer un estilo de radiodifusión propia que le permita llegar al público de una manera diferente, brindándole una forma nueva de relacionarse con él. Aquel estilo depende de la combinación efectiva de sus cualidades acústicas: el timbre, el tono, la intensidad y la duración. Y aprovechando al máximo todas sus aptitudes y actitudes acústicas.
El conocerse interiormente puede considerarse como un requisito para poder hacer locución eficiente, el saber cómo actúa nuestro aparato fonador al proferir las distintas palabras le ayudará a tener más en cuenta la forma de articular cada frase a transmitir al público oyente. Cada letra, por decirlo así, tiene una manera y tiempo específico que la caracterizan, por lo tanto su uso correcto ayuda a que el mensaje sea entendible y atractivo.
El pronunciar claramente el mensaje, implica una buena articulación, que le permitirá al radioyente oír y distinguir bien lo que se le está brindando. La mayoría de personas hablan sin que se les entienda, pronuncian las palabras solo por decirlas – entre dientes, con la boca entreabierta, con un tono de voz demasiado bajo, etc.- sin tomar en cuenta al receptor, que en muchas ocasiones no logra entender el fin de la comunicación. Un locutor debe evitar cometer este error ya que ocasionaría malestar en la audiencia a la que se dirige. Una opción para que su locución mejore, podría ser el calentamiento de su aparato fonador minutos antes de salir al aire.
La “buena dicción” es otra cosa. Trata de la exacta pronunciación de todas las letras y las palabras.
No hay que apelar a la popularidad de la emisora ni a la coloquialidad del lenguaje radiofónico para machacar el idioma, el locutor o locutora debe tomar en cuenta que su público necesita a alguien que se identifique con ellos, pero esto no quiere decir que tendrá que usar jergas o palabras subidas de tono; sino frases cotidianas bien dichas. En una entrevista, el entrevistado puede hablar como le venga en gana, mientras no ofenda. Pero para conducir una revista o un informativo, los locutores y locutoras deberán esforzarse en pronunciar bien.
Hay que corregir las letras comidas (las “eses” especialmente) y cambiadas (la “l” por la “r”, la “r” por la “l”, la “c” por la “p”). También están las palabras mal dichas (“haiga” en vez de “haya”, “hubieron” en vez de “hubo”, “nadies” en vez de “nadie”, “satisfació” en vez de “satisfizo” y tantas otras).
No hay que irse al otro extremo, a una manía por la dicción que reste naturalidad a quien habla. Son esos que pronuncian hasta la segunda “s” de Strauss y la “p” de psicología. En algunos cursos de locución, se ejercita el sonido fricativo de la “v” para diferenciarla de la “b”. Tal exageración, impropia del idioma español, suena muy pedante.
El tener conocimiento de lo antes mencionado, al locutor a desenvolverse de la manera más adecuada respecto a su público oyente, permitiendo que este se relacione de manera activa al entender los mensajes y al sentirse parte del proceso de radiodifusión.

LA IMAGINACIÓN DE LOS RADIOYENTES

"Es el susurro nocturno de la voz del locutor el que nos obliga a soñar, es la firmeza sonora de su voz la que dibuja la realidad, y es el ánimo en el sonido de su voz el que desliza el entretenimiento. La radio queda muda sin voz, es la voz la que la transforma en mágica, la reviste de evocación, la convierte en ilustradora de imágenes mentales ansiadas, en pintora de sueños imposibles". (Rodero, 2002: 52-57)


En relación con otros medios de comunicación la radio posee una capacidad extraordinaria, esta se basa en poner a ON la imaginación del oyente mientras decodifica la información recibida por el locutor. No hay que olvidar que en el proceso de la comunicación radiofónica, en ocasiones el oyente se siente identificado con el locutor o al menos con lo que este le está contando. Se da entonces un proceso de EMPATÍA y de CONEXIÓN a través del medio (la radio), el lenguaje y la voz. La capacidad de generar imágenes mentales en los oyentes es, sin duda, la principal especificidad de la radio como medio de comunicación, aunque tradicionalmente también se le han atribuido otras propiedades a las que necesariamente tenemos que referirnos: su inmediatez, la heterogeneidad de su audiencia, su accesibilidad o la credibilidad de sus mensajes.
El locutor radial que está comprometido con su función, sabe que lo que él emitirá le dará al público una referencia de su persona, cada palabra que entone permitirá que el oyente perciba su estado de ánimo, su posición referente a un tema, la familiaridad que posee con las ideas abordadas, su conocimiento sobre el tema, etc. La voz del locutor en la producción radial es esencial, ya que determina que el mensaje cree en el oyente las imágenes respectivas de acorde a  lo que está manifestando, permitiendo que  perciba los contenidos sin ningún obstáculo.
El oyente establece un proceso de creación de imágenes basado en la asociación de ideas, es decir cuando recibe un mensaje trata de relacionarlo con experiencias pasadas, lo que le hace evocar recuerdos y recrear las situaciones que está escuchando en radio, pero esta asociación será diferente en cada individuo, no de forma tan distante o diferente referente al otro no que tendrá un poco de relación personal, aunque la emisora pretende que el mensaje logre la misma sensación, la interpretación queda en manos del oyente. Para intensificar este proceso la mayoría de emisoras hace uso del lenguaje sonoro, el que a través de los recursos y planos sonoros permite que el oyente familiarice todo lo que está recibiendo. El lenguaje radiofónico se sirve de muchos instrumentos - la música, las palabras, los efectos sonoros y el silencio – los cuales le ayudan a dar más vida a los programas. Los recursos sonoros le permiten al radialista realizar sus emisiones ya sea para que el oyente identifique el programa y la emisora que está escuchando, para que este perciba los momentos en que se emitirán los distintos contenidos, para que de paso a la publicidad y promoción o para acompañar el mensaje que está transmitiendo tornándolo más efectivo. Así también, cuando hablamos de planos sonoros nos referimos a aquellos que se usan –mayormente- en la emisión de radionovelas o radioteatros, los cuales permiten que el oyente sienta la intensidad y proximidad en la que se produce el sonido del mensaje.
En Perú por ejemplo, RPP (Radio Programas del Perú), producía un programa denominado “Mi novela favorita”, donde se transformaba en sonido de las novelas clásicas de la literatura universal, devolviéndole su vieja vigencia al género del audio de ficción. Cada uno de estas presenta un lenguaje sonoro muy rico que hace que el público viva la situación que se le presenta, que le transmita las emociones de los personajes y que logre identificarse con éstos.
Existen muchos ejemplos más acerca de este tipo de programas, así pues podríamos citar al famoso Radioteatro Argentino que surge desde los años 30 teniendo una acogida bastante positiva del radioescucha.

Hemos podido ver a lo largo de este artículo como el locutor con su herramienta más importante “su voz” y los efectos, recursos y planos sonoros producen en el radioescucha una serie de sentimientos y pasiones que logran sumergirlo en una aventura que no se logra captar con los ojos del rostro, sino con los ojos de la mente.


REFERENCIAS:
  1. Producción en la radio moderna / México DF/ Editorial Thompson / 2001 Philip Bernoit, Lewis B O´donell
  2. http://www.radialistas.net/
  3. http://es.slideshare.net/juanp4105/la-radio-un-medio-para-la-imaginacin

VIDEO:

AUDIO:

1 comentario:

  1. Cinthya,
    Hay tibieza en tus afirmaciones y aproximaciones, necesitas independizarte en tus cercanías y aportes.
    Tus materiales de asistencia son adecuados pero no son suficientemente vinculados con el sentido de tus textos.

    ResponderEliminar