domingo, 26 de mayo de 2013

LOCUTORAS Y LOCUTORES
Estamos rodeados de muchos medios de comunicación, los cuales a través de sus programaciones buscan captarnos como audiencias fijas, y nos divisan como simples consumidores de sus contenidos. En relación a otros, la radio- haciendo referencia a un buen ejercicio del medio- genera una orientación comunicativa muy propia, en la que el locutor o locutora, se relaciona estrechamente con el oyente, llegando a un grado de confianza que les permite visualizarse sin estar presentes en el mismo lugar. A través de lo que expresa el locutor, el radioyente puede poner a trabajar su imaginación, mediante una mezcla de sonidos, tonalidades, timbres y modulación; éste recibe tanta información que le permite reproducir lo escuchado mediante el desarrollo de imágenes mentales. La radio, como muchas veces se ha dicho, es un mundo ciego, pero también es, al mismo tiempo, un mundo a todo color.
La radio tiene que seguir incursionando y perfeccionando esa capacidad que posee de llegar a todos los públicos, teniendo en claro que si la gente tiende a escucharlos es porque necesita estar informada o entretenerse con una buena programación, la cual contenga música agradable y mensajes sencillos y fáciles de entender. Ante esto, el locutor debe estar preparado para salir a la cancha y dar todo de sí, pero esto no se logra de la noche a la mañana, es un proceso de desarrollo; que le permite ir puliendo su manera de expresarse, eso sí sin perder su personalidad y  actuando con naturalidad. El Locutor sabe el formato en el que va a salir a al aire, ante ello debe utilizar una correcta modulación de su voz, porque se dirige a personas únicas que desean obtener un producto de calidad.
Para la elaboración del mensaje, lo primero en lo que debe enfocarse el locutor es en el cuidado de su dicción, las palabras que vaya utilizar tienen que ser expresadas correctamente; teniendo  en cuenta su significado y uso en el contexto establecido. Las palabras rebuscadas, solo entorpecerían la comprensión y se produciría un obstáculo en la comprensión del mensaje. El ritmo del hablar también es importante, pues en radio el oyente se siente atraído por la voz y ritmo del locutor, quien debe evitar hacerlo demasiado rápido y atropellado pero tampoco llegando al extremo de hacerlo lento y tedioso, aunque cada locutor con el tiempo desarrolla un propio estilo, pero siempre tiene que poner mucha atención en este aspecto.
La información que se tenga para comunicar al oyente puede ir escrita en un pequeño libreto, pero no se trata de leerlo al pie de la letra; porque esto aburriría al que está al otro lado escuchando, sino debe estar redactado de manera clara y precisa, así pues sólo contener puntos clave que podrían ser olvidados por el locutor, se trata de hacerle sentir al radioescucha que está comunicándose con  otra persona tan igual a él; que expresa emociones y sentimientos a la hora de dirigírsele, que trata de hacerlo sentir en un ambiente de amistad y bienestar. No solo es cuestión de traer todo sobre hojas y hojas, sino explorar en aquellos conocimientos y experiencias que se han obtenido a lo largo de la vida para poder enriquecer el diálogo; el locutor debe utilizarlos para no ser solo un simple narrador de textos, sino una persona que pone a trabajar su capacidad de improvisación.
La paciencia y cordialidad, deben ser los acompañantes fieles de un locutor, ya que estos le ayudarán a madurar en esta ardua pero satisfactoria carrera que ha escogido seguir. es muy importante que el locutor sienta esa emoción diaria de dirigirse a su público que día a día lo sigue fielmente. De lo contrario, debe dar por sentado que el programa será un completo fracaso. 

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