sábado, 25 de mayo de 2013

EL LENGUAJE DE LA RADIO
A lo largo de la historia humana, la radio ha sido uno de los medios de comunicación favoritos por grandes y chicos, en gran medida por su inmediatez. Hoy en día, sigue siendo una de las infaltables compañías; los radialistas ya conocen  los distintos momentos de mayor o menor audiencia. Por ejemplo el horario de la mañana es muy escuchado entre las personas de 18 y 56 años siempre en busca de noticias. En la media mañana el perfil se inclina hacia las amas de casa.  En el mediodía (horario de tránsito o de receso) el perceptor es fundamentalmente adulto y escucha menos radio, entre las 12 y la 1.00 PM oyente habitual va en busca de consumir alimentos (buen horario para que en las cafeterías y restaurantes amplifiquen la programación radial). Al final de la tarde y la noche la radio se identifica con una audiencia más selectiva con afinidad de nuevo al segmento de adultos y jóvenes.  Es en el horario nocturno donde se escucha la radio con más reposo, en un entorno sosegado, de manera que los textos pueden ser más extensos, en un tono medio y ritmo normal, cadencioso. Muchas personas se duermen con la radio y despiertan con ella.
Pero no solo se trata de niños, jóvenes o adultos; sino de personas únicas con diferentes formas de ver y vivir la vida. La radio y los demás medios de comunicación dan mucha importancia a los datos de audiencia, puesto que necesitan saber cuánta gente los escucha (caso de la radio), los ve (caso de la televisión y el cine) o los lee (caso de los medios impresos). Pero no sólo eso, sino que, además, necesitan conocer qué tipo de personas están al otro lado del aparato receptor o de los ejemplares vendidos. Es lo que se llama el perfil de la audiencia. Este término engloba un determinado tipo de información sobre el público como el sexo, la edad, el estado civil, su cultural, la clase social o el lugar de residencia, entre otros aspectos. Ante estas particularidades el locutor radial debe enfocarse en brindarle al receptor una programación fresca, entretenida y educativa, haciendo y que sea de su agrado, puesto que esto reforzará la confianza entre ellos. Hay que tener en cuenta que si una radio tiene escuchas, es porque hay cosas que están satisfaciendo las expectativas de los mismos, pero ¿porque quedarse allí? , es necesario seguir innovando en la programación, sin cambiar el objetivo de fondo, sino tratando de llegar y complacer en su totalidad al receptor.
El tratar de satisfacer a cabalidad la necesidad del oyente, supone un conocimiento pleno de éste; el pensar, actuar y sentir como él. La radio debe saber que para poder producir sus programas es necesario estar al tanto de los intereses y preferencias de los escuchas, de esta manera podrá elaborar los mensajes, y estos llegaran a captar la atención total. El radioyente busca en su emisora favorita, un amigo que le permita sentirse bien, olvidar todo lo estresante y obtener tranquilidad, para esto la radio debe saber cómo hablarle, como combinar todos aquellos elementos para darle vida a lo que se presenta, aquella voz tan atractiva que le alienta a encender la radio en el horario establecido, aquella música que relaja sus sentidos y esos efectos cotidianos que le permiten ser parte - por medio de su imaginación- de los sucesos. Aquel locutor que  carga los mensajes de sentimientos y emociones, y los refleja a través del tono, la modulación e intensidad de la voz; podrá cautivar a su público, seguramente al cien por ciento.
La mayoría de personas solo encienden su radio con el fin de escuchar buena música, así pues si desea deleitarse con rock que mejor opción que Oxígeno, Z Rock and Pop o Titanio, si lo que prefiere es salsa, ahí está panamericana, así también si tiene afición por las antiguas, por supuesto La inolvidable o Felicidad y si por el contrario desea un repertorio variado ahí esta Moda, Onda Cero, etc. Como vemos hay todo tipo de música para todo tipo de audiencia, estas son las llamadas radios comerciales, bueno que sólo salen al aire con el fin de incrementar su audiencia. Pero, muchas veces solo por tener un poco más de radioyentes, se le da cualquier tipo de música, que lo único que hacen es malograr la mente de las personas, músicas  que sólo por el sonido son divertidas y contagiantes, pero en el fondo traen un mensaje muy destructivo para la moral de la sociedad.

Por lo tanto, cuando ya se ha planteado el formato del programa, es necesario empezar a organizar los contenidos que serán parte del mismo y que se brindarán al oyente. El hecho de estar frente a un micrófono tomando el papel de emisor, no significa empezar a relatar la información como ha sido obtenida de las fuentes de las que se hizo uso, es momento de pensar en cómo adornar y hacer atractivo ese texto, como llegar a las personas permitiéndoles sentirse parte de la radio; que mejor manera que el de expresarse como ellos; sin limitaciones ni tapujos, pero tampoco de una manera vulgar o grotesca sino expresándonos con naturalidad, improvisando con información que hayamos obtenido en otras situaciones, empleado aquellos recursos estilísticos y de atracción, para que el mensaje sea asimilable, dejando de lado lo que complique su comprensión. Los contenidos siempre deben ser educativos, teniendo en claro que educativo no tiene que ver nada con lo aburrido, al contrario con la utilización de muchos recursos se puede transmitir un buen mensaje, una buena música, que eduque al oyente y le haga crecer como persona.

Al llegar a concertar todos estos elementos necesarios para dirigirnos al oyente, podemos considerar que estamos listos para emprender un camino hacia la realización de radio en todo el sentido de la palabra.


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