LA PERSONALIDAD DE LA RADIO
La radio es un medio sintonizado
por aproximadamente el 90% de la sociedad, aquellos que creen que por la aparición
de la televisión, la llegada del internet y los adelantos de las nuevas
tecnologías; la han apagado, déjenme decirles que se equivocan. Por el contrario,
cada día tiene más oyentes. Una prueba fehaciente de lo que afirmo son los
resultado del sondeo realizado por el Centro de Investigaciones del Instituto
Cubano de Radio y Televisión, quien manifiesta que el 95% de la población mayor
de 15 años son radioescuchas y el 70% del total lo hacen constantemente.
La radio, debe tener en cuenta
que se dirige a un público netamente segmentado, que posee características,
gustos, preferencias e intereses que los hacen únicos. Lo que le gusta a uno,
le termina disgustando al otro, lo que atrae a uno, simplemente le desagrada al
otro, ante la esto la radio tiene un gran desafío, buscar los contenidos
correctos para que su programación llegue a satisfacer esta necesidad que tiene
el radioyente y que le lleva a sintonizarla.
Antes, durante y después de un arduo
día de trabajo que mejor compañía que este medio de comunicación, el cual al
mismo tiempo que nos permite estar al tanto de lo que sucede en nuestro
entorno, no nos deja sumergirnos en el aburrimiento y estrés. El locutor para
lograr esto debe buscar la manera apropiada para transmitir su mensaje,
teniendo en cuenta que trata de llegar a un público que espera mucho. El lenguaje
que debe utilizar tiene que estar
cargado de sentimientos y emociones, que permitan al oyente sentir y vivir lo
que se le está brindando. No es necesario el empleo de términos rebuscados ya que confundirían al radioescucha, lo que se
desea es entablar una relación armoniosa entre el emisor y el receptor, transmitiéndole
seguridad y confianza.
Al decir que el anunciador debe
utilizar un lenguaje sencillo, me refiero a que educa pero de una manera en que
todos puedan entender. Porque no, utilizando el humor, sin llegar al extremo de
mofarse de alguien más, lo que se debe buscar es llenar de vibras positivas a
ese agobiado oyente, sacándolo de su angustiosa rutina. También podría
emplearse distintas formas de tratar y enfocar un tema determinado, por ejemplo
si se quiere dar a conocer una aventura turística, que mejor que la utilización
de una crónica, este modo de expresarse se ha dejado de lado a pesar de ser uno
de los mejores que existen. José Alejandro Rodríguez de Juventud Rebelde,
cuestiona y se pregunta con razón “¿Qué habrá detectado la veda definitiva de
esa delicia de narrar una breve historia y trasuntar sus encantos a través del
visor sensorial del autor?”, pues ¿porque no retomar de lo bueno, lo mejor?;
utilizando este tipo de narración se podría poner a volar la imaginación del
radioescucha, quien estaría encantado de vivir esas sensaciones emitidas por el
relato.
El ser humano posee una gran
capacidad para captar y reproducir todo aquello que su odio percibe, que mejor
oportunidad para la radio de cautivar al oyente, y hacerle sentir mediante su
programación que piensa y siente como él, el radialista ante esta posibilidad
debe despertar en el radioescuchas ideas nuevas, activar la facultad de
participación de éste, sentar juicios y sacudir prejuicios que lo limitan. Pero
para poder transmitir esto, es necesario que el locutor tenga vocación por lo que
hace, que cada día se despierte con el único objetivo de servir a la población que
lo sintoniza, de interactuar con ella; de permitirle expresarse, y a través de
esto ayudarla a crecer y desarrollarse. Todo lo antes mencionado representa a
grandes rasgos la personalidad de la radio, todo aquello por lo que existe y
seguirá existiendo.
ENLACE:
http://www.javeriana.edu.co/biblos/tesis/comunicacion/tesis83.pdf
VIDEO:
http://www.youtube.com/watch?v=UKcYmUhBMTc <-- Dar Clic
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