ES UNA LIBERTAD BAJO AMENAZA

Ejercer el periodismo es uno de los deleites más gratos del que una persona puede degustar, bueno al menos para unos, aquellos que con mucho entusiasmo y valentía se enrolan en las filas del acontecer diario, para transmitirlo a miles de personas que desean estar al tanto que sucede a su alrededor. El periodista permite ver más allá de lo normal, le muestra a su gente la realidad de la sociedad en sus alegrías, preocupaciones y de más. Así también, poseen el privilegio de ser la voz de la gente, expresando la inconformidad o satisfacción frente a la misma. Ser periodista exige honestidad profesional, empezando por dejar de lado el partidismo y siendo neutral ante lo sucedido, ser periodista implica actuar con imparcialidad dando la espalda a los prejuicios ideológicos y personales, dándole entrada a todas las partes en conflicto para que manifiesten su versión ante los hechos… en fin sobran las razones para explicar que es ejercer el verdadero periodismo.

                Sin embargo no todo es color de rosa, las cosas se complican cuando se trata de decir la verdad. Muchos políticos, empresarios, gente pudiente del que se le descubren cosas ilegales tienen a querer maltratar la función de un periodista, de tal manera que su reputación no se vea manchada frente a la sociedad. Se han presentado muchos casos a nivel mundial de periodistas que ante la negativa de censura han sido víctimas de extorsionadores quienes han terminado destruyendo sus vidas por completo.

                No obstante no todo es culpa de los malos funcionarios o personas que comenten irregularidades sino del propio periodista que en ocasiones ha sobrepasado la barrera de lo aceptable, ejercer el periodismo no se trata de sacar todo lo que se encuentra en las fuentes sin previa contrastación, es sumamente importante verificar la información antes de que esta salga al aire ya que puede ser no cierta y perjudicamos abiertamente la reputación de una persona, que en el peor de los casos ni siquiera tuvo participación en los hechos. Como lo ha manifestado el literato peruano Mario Vargas Llosa “El periodismo ha contribuido a despojar de respetabilidad y seriedad un quehacer que en el pasado conservaba cierta aura mítica de espacio fecundo para el heroísmo civil y las empresas audaces en favor de los derechos humanos, la justicia social, el progreso, la libertad. La frivolidad, la frenética busca el escándalo, la chismografía barata que se encarniza con los políticos ha tenido como consecuencia en muchas democracias que lo mejor que conozca de ellos el gran público, sea lo peor que pueden exhibir”.

                La libertad de expresión en muchos países latinoamericanos se está viendo afectada, cientos periodistas sufren a diario ataques, los gobiernos aprueban leyes y entonces la censura es legal, así pues, se crean instituciones que pueden regular los contenidos de los medios y por lo tanto terminan encapsulándonos. Este es un ataque en contra de la libertad de prensa, de los medios y los periodistas;  pero a quien en realidad se le está afectando en mayor medida es la población ya que se le restringe su derecho a la información. El Presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, Gonzalo Marroquín,  afirma que el país más peligroso para ejercer el periodismo es México, principalmente en la región norte frontera con Estados Unidos, ya que es donde más periodistas han sido asesinados. Además alude que existen cuatro países que son el centro de su preocupación puesto que han venido legislando para cerrar espacios en materia de libertad de expresión, estos países serían Ecuador, Venezuela, Argentina y Bolivia.

                Es hora de tomar fuerzas en conjunto y dar a conocer nuestros derechos como periodistas, impidiendo que se nos restrinjan nuestros derechos, estamos aquí por vocación para servir a la sociedad brindándoles contenidos hechos con suma veracidad y responsabilidad. 

REPORTEROS SIN FRONTERAS.

LINCOGRAFÍA:

www.youtube.com - CONFERENCIA DE MARIO VARGAS LLOSA
www.youtube.com - ENTREVISTA al Presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, Gonzalo Marroquín.