jueves, 17 de abril de 2014

ARTÍCULO 2:
"MÁS ALLÁ DE SOLO HABLAR POR MICRÓFONO"
Reyes Carrasco Cinthya Karina
RESUMEN: 
Este artículo está elaborado con el fin de dar a conocer al lector que hacer radio implica mas allá de solo ponerse al frente de un micrófono y hablar. Es un sistema organizado que implica la voz, la música, los efectos, planos sonoros y el silencio para producir los distintos programas radiales. Con la comprensión y el manejo de estas herramientas se puede producir un buen material radiofónico digno de ser transmitido a un público oyente.  

PALABRAS  CLAVES: lenguaje radiofónico, la voz, la música, los efectos y planos sonoros, el silencio. 

DESARROLLO:

El lenguaje

Los seres humanos tenemos una capacidad muy importante que nos permite comunicarnos e interactuar con los demás, esta capacidad es conocida como lenguaje. Se trata pues de una facultad humana, independientemente de que, al hablar, emplee una u otra lengua.
Así también, es el conjunto de medios que permiten al hombre expresar sus pensamientos, sentimientos y vivencias. Y se define como el conjunto de sistemas de comunicación constituido por diversas manifestaciones: dibujos, gestos, sonidos, movimientos procesos culturales (mitos, leyenda, arte, monumentos), etc.
A partir de este concepto comenzaremos a analizar el lenguaje utilizado en el medio radiofónico.

Cuando oímos la radio sentimos, en el mejor de los casos, que nos están hablando a nosotros, esto sucede especialmente cuando el locutor habla “nuestro” lenguaje. Ese lenguaje que utilizamos para comunicarnos en el día a día.
En la radio, al igual que en los otros medios, convergen todas y cada una de las condiciones necesarias para hacer de la comunicación una realidad, ya que, entre otras cosas, tiene un lenguaje y un código específicos de los que se sirven sus profesionales para construir toda esa amalgama de mensajes/sonido que llegan a nuestros oídos a través de los aparatos receptores. 
El lenguaje radiofónico es el conjunto de formas sonoras y no sonoras representadas por los sistemas expresivos, cuya significación viene determinada por el conjunto de los recursos técnico-expresivos de la reproducción sonora y el conjunto de factores que caracterizan el proceso de percepción sonora e imaginativo-visual de los radioyentes.
Los sistemas expresivos, o dicho de otro modo, las materias primas con las que trabaja la radio son cuatro: la voz (o el lenguaje de los humanos), la música (o el lenguaje de las sensaciones), los efectos sonoros (o el lenguaje de las cosas) y el silencio. Como es lógico, el uso que se hace de estas materias varía en función del tipo de programa.
El principal denominador común de los componentes del lenguaje radiofónico es, ante todo, su ilimitada riqueza expresiva y su gran poder de sugestión. Utilizando sólo la voz, o sólo la música, o la voz y la música, o la voz y el silencio, o todas las materias primas a la vez, podemos lograr que el oyente se alegre o se ponga triste, que visualice en su mente un paisaje, que recree un movimiento, que sienta miedo, que se entretenga o que se aburra... Porque, en el universo radiofónico, todo es posible. 

La voz
La voz es la sonrisa del radiofonista, su boca, sus ojos, sus manos, sus gestos... Su simpatía, su sentido del humor, su mirada... Sus movimientos, sus guiños, su vestimenta... La voz es amistad, confianza, credibilidad, misterio, alegría, tristeza, belleza, fealdad, miedo, seguridad... La voz es, en definitiva, todo lo que el oyente pueda llegar a imaginar.

Es aquel instrumento que el hombre usa habitualmente con el fin de expresar alguna idea que se quiere transmitir a un determinado receptor. Siendo tan importante en la vida cotidiana, no es de extrañar que en la radio sea un componente fundamental para darle vida a la programación, puesto que este medio de comunicación es meramente hablado. A pesar de que la radio utiliza otros elementos para producir sus programas, la palabra siempre será fundamental para la realización radiofónica.
Un locutor de radio necesita una voz clara, fluida, con un tono, intensidad y ritmo atractivos, con una buena dicción y sobre todo amigable, puesto que el radioyente busca en su emisora a un a amigo que le acompañe en un tiempo determinado de su vida, que lo anime y no que lo aburra. El radioyente necesita a alguien que le haga sentir en un ambiente saludable, donde el locutor no sea más ni menos que él, sino que exista una compresión e interacción mutua.
Cuando el locutor realiza bien su trabajo le permite al escucha comprender mejor el mensaje que desea transmitir. Si el oyente recibe la información efectivamente nada le impedirá que pueda utilizar su imaginación para recrear los contenidos, nada es imposible se puede recrear el rostro de quien habla, su aspecto físico o su estado ánimo, todo es posible. Todo se puede hacer con sólo escuchar el sonido de la voz de un buen locutor.
Esto es así porque, como consecuencia de la particular relación emisor/receptor que se da en la comunicación radiofónica, la voz se dota de una especial significación, ya que ésta es la única herramienta de la que dispone el locutor para transmitir esa información complementaria (gestos, expresiones faciales, muecas, etc.) que siempre aparece en aquellas otras situaciones comunicativas en las que sí es posible ver su imagen, como por ejemplo en el teatro, el cine o la televisión.

La música

La relación entre música y radio es tan estrecha que difícilmente podríamos hacernos una idea de cómo sería el medio sin la existencia de este componente del lenguaje radiofónico. En los informativos, en los espacios deportivos, en los anuncios..., siempre hay un lugar para la música, como también lo hay, obviamente, en aquellas emisoras que basan en esta materia prima toda su programación.
Todo depende, del programa que estés sintonizando, de las intenciones del emisor y, sobre todo, del contexto en el que se integre la música. Teniendo en cuenta que, aunque cualquier composición es susceptible de despertar determinadas sensaciones y emociones en aquel que la escucha, su significado en radio puede variar a partir la relación que guarde con otros materiales, como la voz o los efectos sonoros. 
La música, dentro de los distintos formatos radiales, posee diferentes funciones tales como:
·         Función sintáctico-gramatical: cuando se utiliza para ordenar y distribuir contenidos y secciones, es decir, cuando tiene un carácter organizador. En esta función, muy habitual en los informativos, la música se presenta en diferentes tramos de corta duración, lo que da lugar a que se pueda hablar de distintos tipos de inserciones, como la sintonía, la cortina, la ráfaga y el golpe musical.

·         Función programática: Aparece cuando la música es el objeto/contenido principal sobre el que se construye toda la programación de una emisora, o, en su defecto, un programa o una sección determinados.

·         Función descriptivo-ambiental: La música se presenta ejerciendo esta función cuando, en el momento de describir un lugar, un espacio o un ambiente, su presencia está plenamente justificada, ya que, en verdad, forma parte de la realidad "objetiva" a la que se está aludiendo a través de la radio.

·         Función descriptivo- ubicativa: Aparece cuando en la radio se hace uso de una música que, sin pertenecer al ambiente, traslada mentalmente al oyente a un lugar o a un espacio concreto.

·         Función descriptivo-expresiva: En la radio, la música desempeña esta función cuando suscita un determinado "clima" emocional y crea una determinada "atmósfera" sonora. Se usa, en definitiva, para despertar sensaciones y emociones en aquel que la escucha. 
Pese a que hayamos podido establecer esta tipología, es importante advertir que en muchas ocasiones una misma melodía puede llegar a desempeñar más de una función a la vez. 

Efectos sonoros

La importancia que se le brinda a la voz de locutor y a la música en nuestros días emboza el imprescindible papel que juegan los efectos sonoros en la producción y realización radiofónica. No se le han tomado la atención necesaria, a pesar de que son ellos los que dan vida a ese mundo ciego que se maneja en la radio; estos nos permiten describir ambientes, lugares y atmósferas, es decir paisajes sonoros.
 El efecto lo podemos definir, como aquel sonido, natural o artificial, que sustituye objetiva o subjetivamente la realidad, desencadenando en el oyente la percepción de una imagen auditiva, es decir, del referente al cual restituye. Las formas sonoras de un efecto se reconocen y se interpretan porque están asociadas al mundo que nos rodea: objetos, animales, fenómenos meteorológicos, etc., aunque en ciertas ocasiones dichas formas pueden no tener un referente real, como por ejemplo las señales horarias radiofónicas o el sonido de una nave extraterrestre. 
Al momento de referirnos a los efectos, hablábamos de sonidos naturales o artificiales. Esto significa que en radio, al igual que en otros medios audiovisuales, existe la posibilidad de trabajar con sonidos recogidos directamente del paisaje sonoro real que se pretende describir (por ejemplo, tenemos la opción de grabar los sonidos del aeropuerto, o de la naturaleza plagado de distintas aves), o bien con sonidos creados por el hombre que evocan otro sonido y que, por tanto, pueden ser percibidos como reales. Este es el caso, por ejemplo, del sonido del fuego, que puede ser representado con papel de celofán, o del sonido de caballos, que puede ser recreado con golpes en el estómago o con las cáscaras de coco partidas por la mitad.
Los efectos sonoros cumplen funciones muy importantes dentro de la producción y realización radiofónica, las cuales serán explicadas brevemente a continuación:

·         Función descriptivo-ambiental: Aparece cuando el efecto sonoro se presenta como un soporte que ayuda a describir un lugar o un ambiente, porque forma parte de él. En esta función, además de situar al oyente, el efecto contribuye a aumentar la credibilidad del mensaje.

·         Función descriptivo-expresiva: Esta función se da cuando el efecto sonoro tiene un valor comunicativo propio, aunque no forme parte de la realidad que se está describiendo. Se trata de un sonido que acentúa el valor simbólico del lenguaje radiofónico, ya que, al igual que sucedía con la música, al escucharlo puede despertar en el oyente sensaciones y emociones.

·         Función narrativa: Existen efectos sonoros que por sí solos evocan una acción, como la apertura de una puerta, el arranque de un coche o los pasos sobre la arena, por citar tres ejemplos ilustrativos. Estos efectos desempeñan una función narrativa, en tanto que no hace falta la presencia de ningún otro componente del lenguaje radiofónico para explicar lo que esos sonidos representan.

·         Función ornamental: Se presenta cuando el efecto sonoro tiene un valor puramente accesorio y, en esencia, sólo sirve de refuerzo. A diferencia de los efectos en función descriptivo-ambiental, no son imprescindibles para situar al oyente. 
Con independencia del uso que de ellos se haga, a la hora de trabajar con los efectos sonoros en la radio es muy importante no olvidar la marcada tendencia que todos tenemos a asociar un concepto con un sonido, aunque sea por puro convencionalismo cultural.

Planos sonoros

Cuando hablamos de planos sonoros lo que intentamos es representar la intensidad con la que nos llega a nosotros un sonido, y la distancia a la que está la fuente de ese sonido. Es decir, si por ejemplo, estamos en un bar y mantenemos una conversación con un amigo, si el ambiente no es muy ruidoso, oiremos mejor lo que nos dice este amigo, así como cualquier golpe o sonido que realicemos en la mesa, y dependiendo de dónde estemos situados, bien la música y luego los ruidos y voces que vengan de la barra y otras mesas, o al revés, primero los ruidos de la sala y luego la música de forma más sutil. Cada cosa que podamos apreciar más cercana o que la oímos con mayor intensidad nos marcará un plano sonoro.
Para su mejor comprensión se pueden dividir de la siguiente manera:

·         PLANOS ESPECIALES DE NARRACION: Denotan el lugar donde se produce la acción y los cambios que la afectan.

·         PLANOS TEMPORALES DE NARRACION: Un sonido puede situar una determinada acción en el tiempo (pasado, presente, futuro), incluso, intemporalidad (tiempo no definido) y atemporalidad (fuera del tiempo).

·         PLANOS DE INTENCION: Este tipo de planos suelen situar al radioescucha ante una introspección, o sea la incursión en el sueño o fantasía de algún personaje.

·          PLANOS PRESENCIA: Indican la distancia aparente (cercanía o lejanía) del sonido con respecto al oyente, situando a éste en lo que llamamos plano principal. La distancia entre la "supuesta" fuente sonora y el oyente se establecen cuatro escalones:

o   Primer plano: La fuente sonora está junto al oyente. Algunos autores también llaman al primer plano íntimo o primerísimo plano para expresar su fuerza dramática.
o   Plano medio o normal: Sitúa, en profundidad sobre un plano imaginario, a la fuente sonora a una distancia prudente de la oyente. Así, el sonido resultante se percibirá como cercano al oyente. Es decir, la fuente está cercana al plano principal aunque no en él.
o   Plano lejano o general: Sitúa a la fuente sonora a cierta distancia del oyente, creando por tanto, gran sensación de profundidad.
o   Plano de fondo o segundo plano: Es un plano sonoro generado por varios , distribuidos de modo que unos suenan siempre en la lejanía, con respecto a otros situados en primer término, por ello, se llama también plano de fondo. El segundo plano acentúa la sensación de profundidad con respecto al plano general.
Los planos sonoros suelen ser muy utilizados en la producción y realización del género dramático radial, puesto que da variedad a la historia.

El silencio


Para muchos este recurso utilizado por la radio, no debería ser un elemento sonoro en sí, puesto que no es sonoro. Sin embargo, su presencia en la producción y realización radiofónica es fundamental puesto que posee una fuerza comunicativa muy grande. Desde una perspectiva auditiva, se podría decir que la sensación de silencio aparece con el bajón brusco de intensidad de sonido. Si en un principio se pudiera argumentar que todo aquello que no tiene una traducción sonora no existe en la radio, diremos que el silencio tiene un significado intermedio entre "presencia" y "ausencia".
El Silencio aporta información y concede estética a lo que se está emitiendo, sim embargo cuando son demasiado largos, puede ser considerado como un fallo técnico. No puede valorarse como elemento aislado ya que forma parte de un todo, cumpliendo las mismas funciones.
 Su intervención puede darse:
  • ·         Representando una acción, que se ha anunciado, pero que no se ha reconstruido sonoramente.
  • ·         Para acentuar una situación dramática por la fuerte carga emocional que trae consigo el silencio.
  • ·         Para estimular una reflexión.

Como dijimos antes, el silencio cumple funciones. Entre ellas destacan:
  • ·         El silencio expresivo para representar estados emocionales. Por ejemplo, cuando el personaje se encuentra frente a una situación de sorpresa.
  • ·         El silencio interactivo con el que se puede construir un personaje desde el silencio, favoreciendo la reflexión o crítica.
  • ·         El narrativo se usa para representar una elipsis temporal, salto en el tiempo.


LINCOGRAFÍA:
1.http://html.rincondelvago.com/el-lenguaje-radiofonico_armand-balsebre.html
2.https://www.uclm.es/profesorado/ricardo/Radio/web_radio_2004/el_lenguaje_radiofonico.htm
3.http://www.slideshare.net/radioescolarweb/la-voz-del-locutor


MAPA CONCEPTUAL:  Dar clic en pantalla completa.


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