NUEVOS DESAFÍOS
POLÍTICOS- COMUNICATIVOS.
En la década de 1980 se planteó un cambio de enfoque que llevo de la
radio educativa y educación por radio popular. A esto, ALER propuso los
siguientes puntos para lograr el cambio: contenidos que correspondan a los
intereses del pueblo y que le sirvan para su desarrollo; producciones en
lenguaje popular, narrativo, coloquial, con humor y libertad de sugerencias; y
productores que representen la identidad popular y que impulsen la
participación del pueblo en todo el proceso de radio. Poco a poco la radio popular
fue representando un espacio de poder en la sociedad, ya que era partícipe de
múltiples acontecimientos dentro del contexto donde se desarrollaba.
Actualmente, el poder de las radios populares es analizado
desde dos puntos de vista: el primero, las toma como lugares que tuvieron un
pasado representativo, pero que poco a poco ante sus decesos masivos han
menguando su poder y se cree que podrían extinguirse. El segundo, toma a la
radio popular, como un lugar que ha estado presente en todas las situaciones de
la sociedad, y que no ha existido ni siquiera un pequeño momento donde han
perdido vigencia, al contrario han mantenido el poder que han ganado,
renovándose y afrontando dificultades. El poder que representan las radios
populares, está vinculado a su capacidad transformadora, que permite que las
mayorías excluidas expresen sus reclamos frente a situaciones que menoscaben
sus derechos.
Para hablar sobre el poder que poseen las radios populares,
es preciso señalar tres dimensiones, que engloban muchos aspectos de la
práctica de las emisoras.
EL PODER SABER.
Las radios populares, comenzaron con un propósito educativo,
el que permitió que muchas poblaciones proletarias se alfabetizaran y pudieran
adquirir conocimientos. Así pues, mientras se desempeñaban en su labor,
observaron que las desventuras que vivían las masas trabajadoras, se debían a
que los grandes hacendados, dueños de extensas parcelas de tierra y de la
fuerza laboral, utilizaban información para manipularlos, impidiendo que vean
realidad y por lo tanto que armaran
campañas subversivas contra ellos.
Desde ese entonces, las radios populares se reafirmaron con
radios educativas, las cuales empiezan a accionar, con el apoyo de la
población, quien a través de sus experiencias, ayudaba a brindar mensajes que
alertaban a toda la comunidad, sobre lo que se estaba viviendo. Estas
enseñanzas se complementaron con información científica, y fue de mucha ayuda
para que empezaran a plantearse
soluciones antes estos problemas.
Para dar a conocer esta nutrida información era necesario
utilizar todas las herramientas posibles, así que cambiaron radicalmente el
modo del ejercicio periodístico, informando a la población con objetividad y no
limitándose a una línea editorial, a raíz de todo esto, se vieron enfrentadas
con los grandes medios masivos vigentes. Mediante estos contenidos, se daba a
conocer las informalidades que se practican en la llamada “sociedad civil”, la
cual inválida los derechos de las mayorías empobrecidas.
EL PODER HABLAR
El dominio de muchos siglos sobre nuestro pueblo también se
expresó sobre el habla. El pueblo fue callado,
tímido y temeroso del hablar. Y esto no porque el pueblo lo hubiese querido,
sino porque a sus dominadores les convenía. Ante esto, las radios populares, se
convirtieron en espacios donde la población podía expresarse libremente, se
desplegaron en ellas voces a las que se les había negado la oportunidad de
participación, estaban presentes, luchando por una mejora en su calidad de
vida. Es entonces donde nace aquel momento histórico en el que se pusieron en
tela de juicio diversos aspectos del sistema y se planteó la posibilidad de
transformación. La base de esta transformación la constituía, principalmente,
el cambio en las reglas de las relaciones sociales; se pretendía eliminar las
relaciones de explotación, de dominación y de subordinación existentes en las
diversas instituciones sociales y sustituirlas por relaciones humanas y
horizontales. Pero no todo es así de fácil, las radios populares se
exponen a serias acusaciones y sanciones, por parte de los de arriba, quienes se
ven perjudicados e inseguros al ver que la población ha abierto los ojos ante
la realidad y a partir de esto lucha por hacer valer sus derechos.
EL PODER SER Y ACTUAR
COLECTIVAMENTE.
Después de que las radios populares, tuvieron el poder de
expresarle libremente de acuerdo a valores y principios, buscando intereses
comunes y restituyendo la dignidad de los pueblos. Era necesario actuar de
inmediato, mediante la participación activa de la población se fueron formando
organizaciones que se sentían a gusto interrelacionando y manifestándose en
este medio, y es así como empieza a surgir a pesar de las dificultades que se
le colocan en el camino, estas no las derrotaron, sino que fortalecieron su
labor, porque cada día actuaban en conjunto con la comunidad que se sentía
parte activa e importante dentro de la labor que desempeñaban.
Ante todo esto, hoy en día vemos que la actividad de las
radios populares debe ser reforzada con el apoyo de la ciudadanía, quien ya no
es sólo un grupo de personas civiles, nuestra visión de la construcción de
ciudadanía como un eje de desarrollo, va mucho más allá de percibirse como
titular de derechos, ya que implica también la participación y el compromiso
con el destino de la sociedad. Teniendo en claro, que la sociedad ya no es la
misma que por años han tratado de manipular los poderosos, es momento de
emerger como mucha fuerza, luchar organizando movimientos que reconozcan los
derechos de todas las personas de manera igualitaria. Que a nadie se le
restrinja sus posibilidades expresivas, sino que sea parte de todos los
procesos que representan un cambio para la sociedad.
Vivimos en un mundo manejado por tecnología, y las radios
populares, deben tomarla para la producción de su programación, e
implementación de las propuestas; las cuales deben ser conocidas no solo por un
pequeño sector sino por toda la sociedad, haciendo reflexionar a la gente,
acumulando fuerzas y permitiendo que se
involucre activamente en la solución de los problemas que se presenten. Debe
innovarse, pero sin dejar de lado su esencia, o parcializando la información
que otros medios prefieren ocultar, tratando de hablar la realidad como es, sin
pelos en lengua.
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